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jueves, 19 de mayo de 2011

Y siguen los regalos...ahora Florencia

 

Estoy en Florencia. Llego una vez más a casa de la Silvia (aquí en Toscana también le ponen el “la” a los nombres), esposa de Filippo, mio cugino. Es una casa maravillosa a pocos minutos de Florencia, con un jardín precioso y lleno de rosas (nuevamente las rosas me acompañan). Vive en estos momentos sola (el marido trabaja en  Milan),  con Gherardo su hijo de 16 años, encantador. Es un chico bello, simpático, inteligente, que hace mil cosas además de tocar piano maravillosamente, cosa que da al ambiente un plus, cuando en las tardes se le oye desde su pieza.
 
Me encanta estar con ellos. Viven una vida sencilla y acogedora. Y como todas las mujeres, Silvia corre todo el dia entre su trabajo en una Editora de libros de arte, quehaceres familiares, además de cocinar esquisito. Son bien increíbles estas mujeres italianas, (la Ina también es italiana)…alguna vez escribiré sobre ellas porque unido a todo, son alegres, bellas y llenas de vida!


Viene a saludarme Anka, la asistenta de la casa, a quien conocí en el viaje anterior. Una rumana fuerte y esforzada que se vino a Italia hace muchos años y junto con trabajar para educar y sacar a su hijo adelante, (hoy él es un exitoso presentador en la TV rumana), ella estudió. Hoy es magister en Arte y sigue estudiando otras cosas. Pero esta vez tiene algo nuevo que contarme. Me abraza fuerte y me dice “Me caso”. Si, después de años de trabajar duro y estar sola (tiene 50 años), ha encontrado un novio, un hombre bueno y generoso y está radiante preparando su matrimonio. ¡Que vidas, Dios mío! y en el fondo todos soñamos con las mismas cosas...Me emocionó verla tan contenta y sentí que se lo merecía… (A uno también podría llegarle un amor así, no?...sería bien bueno).

Vista desde el paradero del bus
 En fin, pero estamos en Florencia! Empiezo mis días aquí…Tomo mi bus todas las mañanas frente a la casa para irme al centro y empiezo a recorrer. En la foto se ve la vista desde el paradero.

Firenze, Que ciudad! Que belleza! Que abundancia y riqueza en arte! Es impresionante todo lo que hay para ver y volver a ver… A ratos me ahogo y no se por donde empezar…

 Recorro Santa Croce con sus frescos y claustros, Ars San Michele, entro a Gli Uffizzi a ver una muestra de diseños de Fra Angelico a Leonardo, sigo a la capilla de Benozzo Gozzoli en el Museo de los Medici; me pierdo en sus calles, en sus torres y puentes sobre el Arno, ese rio que una vez subió e inundó toda la ciudad, entrando a los museos, dañando bibliotecas y obras de arte.


Es una ciudad bella, fina, todo es arte y cultura y la gente también. Vamos con Silvia a una conferencia en un Museo sobre los Jardines del Cinquecento… Solo aquí ocurren esas cosas… no me pierdo nada. Me encanta por un rato sentirme fiorentina y vivir como viven ellos.


A ratos me agoto también, necesito descanso y me siento en una plaza a comerme simplemente un “panino”, bien concreta y prosaica después de tanto arte y finura.
Como otra forma de descanso, el otro día me fui en bus a Fiesole, antigua ciudad etrusca al lado de Firenze. Un camino bello rodeando las colinas toscanas, con sus verdes profundos, sus cipreses elevándose como flechas en medio de sus palazzos ocres… Es un paisaje precioso, son los colores de Toscana.


 Pero en Fiesole además está lo etrusco y lo romano. Ruinas de la antigua ciudad con un teatro espectacular mirando el valle, como siempre disponían los teatros los griegos y romanos. Paseo por esas piedras y esa via antica imaginando ese mundo rico también en arte, cultura y refinamiento. El teatro está dispuesto para dar esa noche Edipo Rey…como me gustaría quedarme, pero se hace tarde.
Recorro el museo y me encuentro nada menos que con una “stella funeraria” etrusca, encontrada en Travignoli, el lugar donde han vivido mis tíos por años y que ellos donaron al museo. O sea que esas tierras donde ellos crecieron ya habían sido habitadas por los etruscos…que emocionante!

Asi… un mundo de sorpresas, un mundo de belleza!

Descanso en un cafecito mirando el paisaje, antes de volver a Florencia. Una tarde sin tiempo, como me gusta…Hay una brisa suave que refresca… el sol ilumina la vuelta a casa…



jueves, 6 de diciembre de 2007

Travignoli...y los tíos toscanos

A ratos siento que ya es como demasiado todo lo que me va pasando, (aunque la abuelita Ines hubiera dicho..."nunca nada es demasiado...todo esta bien")...

Pero igual las cosas se suceden en forma vertiginosa. Me siento como Alicia cayendo veloz a través del espejo. Como si el hecho que el viaje se vaya terminando hiciera que todo lo que me tiene que pasar, se precipite ( en el sentido químico o quizás alquímico?) Si , al menos todo parece manifestarse más rapidamente...

Los ultimos dias en Florencia tenían que coronarse con la ida a Travignoli, la casa de los tíos, de quienes antes hablé. En medio de las viñas y los olivos toscanos, la casa familiar de esta rama italiana de mi familia, que ya siento como parte importante mía...


Quedamos con Angelica de pasar el dia juntas y irme a dormir con ellos allá... Recuerdo la primera vez que fui a Travignoli, cuando vivíamos en Roma con mis padres. Yo era chica y timida, no hablaba italiano y me daba mucha verguenza compartir con estos tios que no conocía... y si me preguntaban algo y yo no entendía??? esos eran mis miedos de aquella época...
Por suerte ya ha pasado mucha agua bajo el puente...

Así ese día, mi tia maravillosa, me pasó a buscar temprano para hacer los ultimos recorridos de la ciudad...Siempre me gusta terminar en el Piazzale Michelangelo, esa plaza en una colina desde donde se ve Firenze , como se ha podido apreciar en las fotos. Ademas ahi esta la Iglesia de San Miniato, un martrir del siglo XIII, una iglesia increible, entera de marmol blanco y piedra verde de la zona. Una joya, con trabajos de incrustaciones en la piedra, que me hicieron acordar del Taj Mahal. Me llamo la atención ademas en medio del pavimento, un círculo labrado con los signos del Zodiaco...bellisimo!

Paseamos con la Angelica, con quien conversamos de tantas cosas...Ella es sutil, fina y reservada, pero las dos abrimos el corazon apenas nos vemos. Hoy me quiere llevar a conocer a sus hermanas, ya que Benedetta esta de cumpleaños... De origen americanas, de esos americanos cultos que llegaban en esa época, amantes del arte y la belleza de Italia. Su madre llega entre las dos guerras y luego se casa con italiano...
Llegamos a casa de Teresa (ese nombre es muy familiar, se repite en varias ramas...) a un palacio toscano impresionante, Palazzo Bruciato, una villa medicea que da cuenta de una historia de mucho refinamiento y tradicion...
Ahi almorzamos las tres, hablamos de las historias de la familia, pero hay más aun... Ellas pertenecen a la fe Bahai, ese movimiento ecumenico cuyo templo conocí en India. Una religión independiente que fundó un profeta de origen irani ... Dificil de imaginar y más aun de vivir en ese ambiente. Asi hablamos de su infancia y cómo su madre fue de las 1ª en declararse Bahai en aquellos años y en Florencia, de cómo fueron resistidas tambien en una sociedad tradicionalmente cristiana y sobretodo catolica... Pero ellas siguieron, se mantuvieron coherentes a lo que creían... ahi, suaves y sin imponer nada, profesando su fe...y de verdad al estar con ellas se vive de verdad...


Fue un bonito almuerzo y ademas (como siempre me está sucediendo), al irme aparece nada menos que el hijo de Teresa, un hombre encantador, médico, a quien habia conocido con su señora el año pasado en Chile. Hasta ese día no habíamos podido encontrarnos... Asi, de verdad "apareció" de la nada, sorprendente y lindo, porque fue un gusto tambien poder abrazarlo antes de irme...

Y viene el pomeriggio... con una tarde llena de luz, subimos hacia Travignoli a encontrar a Gian Piero y las hijas que viven alla. Todo paz, encanto, calidez. Está todo dorado, los campos toscanos brillan y se despliegan entre los verdes, los amarillos y ocres del otoño luminoso... Ahi está la casa, como siempre, la terraza, la cocina calida, los perros, el salon y el fuego. En ese escenario como del Gatopardo, aparece mi querido Gian Piero, Gi Pi como lo llaman cariñosamente todos.






Él, bello como siempre, encantador, lúcido y con un gran sentido del humor. El es absolutamente solar, aporta lo propio, todo lo brillante y atractivo de lo masculino. (Me recuerda el temperamento de mi padre)... Les doy los regalos y saludos de mis padres, él interesado pregunta con mucho amor y preocupación por cada uno de la familia, como si de alguna manera se emocionara con esta parte de su ser que tiene que ver con Chile. (Al fin y al cabo su madre era chilena)... Vemos fotos, nos reimos...Van llegando tambien Maria Chiara, Marielou, Andrea, el marido, los hijos y Margherita , esa última nieta chica que ha venido a alegrar la casa...


Todos participan, conversan, con un respeto y un cariño profundo entre ellos y a la vez, como si yo fuera una visita importantísima... demasiado acogedores... me hacen sentir tan bien!



.... G.P. dicta una carta para mi madre, comenta las fotos, los chicos ayudan con el computador, Angelica en silencio ha ido a preparar la cena....
Compartimos historias, me preguntan, les pregunto... me fascinan los antiguos cuentos familiares, de las tias abuelas, los caracteres fuertes de su madre, las anécdotas de infancia. Incluso ya en confianza, GP tiernísimo me empieza a contar cuando conoció a Angelica y "la eligió"...En toda su aparente fortaleza, racionalidad y seriedad es de una ternura maravillosa...
Yo , sólo me dejo acunar por esta familia graaaande, poderosa, cariñosísima conmigo y absolutamente encantadora.... Me encanta estar ahi...

Despues de la comida, nos quedamos otro poco con Angelica y Maria Chiara en la cocina y empezamos a entrar en otros mundos profundos. Ella me sigue contando de los Bahai...Hablamos de esa fe que busca la unidad de la raza humana, la unidad de las religiones, la busqueda de la verdad y la paz más alla de las ideologías...Es muy iteresante...como si fuera de algun modo el signo de los tiempos... Es lo mismo que viví en Taizé o que vivo en los Brahma Kumaris... No divide, suma, ecumeniza, pensando que Dios es uno solo...




Luego Maria Chiara, la hija más grande, a quien conoci hace años cuando, como joven geóloga, llegó a Chile a hacer una pasantia en Codelco... Era reservada, no se sabía mucho de ella...Y hoy ahí, una mujer extraordinaria, que ha entrado en un desarrollo espiritual sorprendente. Desde las flores de Bach, sus busquedas han alcanzado maestros chamanes en Peru o en Mexico, con el hijo de Jodorowski (a quien si lo encuentra serio y parece inspirarle más que el padre)....entre otros viajes....
En fin, compartimos caminos y viajes. Ella tambien ama los viajes sagrados como los que me interesan... Ha estado en Stonehenge, en Glastonbury, etc... De pronto me trae un libro: "Caminando en el cosmos vivo", un libro sobre técnicas energéticas y espirituales de Los Andes...increíble!

Si, aqui en Florencia , ella mi prima italiana, me introduce en sabidurías andinas... Que locos los caminos que hace cada uno... Mientras yo he buscado en la India, ella busca en Los Andes.
Asi, como dice esa tarjeta que puse arriba "el Viajero debe tocar todas las puertas hasta llegar a la suya...".



Y así fue esa noche...nos fuimos llenando de energía y de espiritualidad reciproca...tres mujeres, tres edades, tres caminos... cada una el propio...Que belleza!

Me duermo con el olor al fuego y el amor familiar, en ese mágico lugar de Toscana ...
Asi cierro Firenze, intensa, maravillosa y misteriosa en todos sus encuentros...

Ya es hora de irme a Assisi. Mi ultima estación como peregrina....Voy all'Eremo delle Carcere", una ermita de los franciscanos en medio de la montaña... Ahi es donde he querido terminar mi viaje. Padre Francesco me espera... (no es San Francisco, es el guardián dell' Éremo)



Tomo el tren...Me encanta viajar en tren.

Aparte de mirar el paisaje que se abre entre la Toscana y la Umbria, ese movimiento de vaivén, hace que todo se vaya de a poco decantando, volviendo a su sitio, para finalmente alinearse... (será por eso que se llamará la línea del tren...?)