jueves, 12 de noviembre de 2009

Viaje al espacio Interno


El detenernos y mirarnos es central en términos de nuestro desarrollo personal y espiritual. La práctica de la introspección es clave para recuperar el auto-dominio y el auto-control.

Todo comienza con el acto de prestar atención. Si estamos siempre en la acción, vivimos reaccionando a los estímulos mecánicamente. En lugar de precipitarnos hacia la situación que tenemos enfrente, podemos dedicar un momento a examinar nuestro interior, observar y conectarnos con lo que sentimos y verificar nuestra reserva de recursos y cualidades innatas. El centrarnos y mirarnos introspectivamente nos asegura que, suceda lo que suceda en el exterior, no perderemos el equilibrio ni el autorespeto. Habiendo verificado nuestro estado interno, podemos entonces llevar nuestra atención hacia la situación en sí y observarla con mayor objetividad y claridad, para enfrentarla no desde nuestros hábitos, sino de verdad siendo fiel a nosotros mismos. Sin este proceso no podríamos realmente tomar la iniciativa correcta, ya que el control y la concentración dependen del nivel de nuestra introspección.

La introversión es realmente la puerta al proreso y transformación personal. Sin la capacidad de asimilar lo que aprendemos y de reflexionar profundamente sobre lo que soy, lo que siento, lo que he aprendido de mi y también sobre los principios del conocimiento espiritual que tantas veces hemos leido o escuchado, para convertirlos no sólo en comprensibles sino en practicables, no podemos avanzar de manera efectiva. Podemos pensar y hablar de progreso y de desarrollo espriritual, pero es la facultad de la introspección , del autoobservarnos en el silencio, de discernir qué es lo bueno para mi, la que nos proporciona las herramientas para transformar cualquier situación que afrontemos y avanzar en nuestro camino de la vida. La introspección es la base de nuestra estabilidad personal, especialmente frente a las adversidades y también es la posibilidad de hacer cambios y explorar formas mas profundas de mi ser.

Para incrementar esta conciencia interna, una y otra vez a lo largo del día, es importante hacer paradas en nuestro camino y llevar la atención a nuestro ser, nuestra esencia, y conectar con nuestro centro interior de paz y silencio, desde el cual somos un observador desapegado de las situaciones externas y podemos observar de forma objetiva y apreciativa el juego de la vida.

Te invito a hacerlo y a compartir conmigo tu experiencia. Inténtalo. Es simple, una vez que pudiste parar . Una vez que te detienes puedes quedarte en silencio, meditar , contemplando la situación, conectandote con tus emociones genuinaa, dejando que aprezca lo que aparezca, aceptarlo para luego escribir, dibujar, traer imagenes. Tu sabrás cómo te resulta mejor.
Adelante!

(Este artículo fue inspirado y adaptado de un mensaje de BK España)