sábado, 8 de marzo de 2008

Mamallapuram...los elefantes de piedra.

Es el cumpleaños de Paula y esta vez los elefantes serán de piedra…
Partimos temprano desde Pondicherry hacia el Norte, destino Chennai, la antigua Madrás. Por un carretera a la orilla del mar, bella y buena, vamos avanzando hacia Mamallapuram, para visitar sus templos y esculturas, antiguo centro sagrado, hoy patrimonio de la Humanidad.

Es un camino donde se ven mas vestigios del tzunami, pequeñas aldeas de pescadores devastadas, fente a las cuales hoy se han hecho casas más solidas y se ha tratado de reconstruir lo posible… el paisaje bonito, pleno, plantado y una carretera moderna donde transitan autos mejores, mezclados con los típicos. Nos encontramos tambien con templos pequeños y coloridos y caminoes decorados que van con su banda a alguna celebración. En este lado Este de la India (Estado de Tamil Nadu), hay de nuevo mucho hinduismo, pero distinto al del Norte… Cuna y herederos de antiguas civilizaciónes: los Dravidias que llegaron hacia el 1500 a.C y la dinastía Cholas (300 a.C), aquí los dioses y templos (gopurams) son más barrocos aún, pintados con colores fuertes y figuras también más humanas…se veneran señores comun y corriente que nada aluden a dioses o gurues…y también hay grandes monumentos tallados en roca...es muy especial…



Asi llegamos a Mamallapuram (o Mahabalipuram), un pueblito, caleta de pescadores y a la vez una zona de templos increíbles. Hace un calor tremendo, pero igual tenemos que visitarlo todo… Primero un Templo a la orilla del mar, imponente, en un emplazamiento vasto y amplio, donde seguramente hubo una ciudad y que el 2004 resistió a la tragedia. Hoy se ve seguramente más erosionado pero bastante intacto . Templos y dioses tallados en la roca, encierran un lingam gigante, simbolo de Shiva, es un centro de culto permanente. Luego vamos a un lugar cercano y empiezan a aparecer los elefantes…Elefantes de roca de tamaño natural esculpidos como estatuas colosales rodeados de otros templos tallados maravillosos. Me recuerdan las Cuevas de Ajanta y Ellora. Son imponentes, cuentan historias y describen escenas míticas y también de la vida cotidiana. Bellas, refinadas, magníficas. Hablan de un pasado poderoso y lleno de esplendor.
Hoy son visitados por mucha gente, siempre la mayoría indios, donde los niños conocen, juegan y se relacionan con sus orígenes, a través del contacto con la piedra …éstos siempre llaman la atención; se les ve contentos, en esas miradas puras, esos ojos brillantes y felices y esa manera de jugar libre y flexible, (a ratos son como monitos)…son bellos y alegres los niños en la India… no hay dolor ni miedo en sus caras y eso emociona. Nuestra infancia latinoamericana parece más triste y dramática, no sé…

Gran visita! Los elefantes son magníficos SIEMPRE y de cualquier forma! Los adoro!



Pasamos luego a la playa, el calor lo amerita y el hambre también…Ahí nuevamente tomamos contacto con el tzunami… Una playa que debe haber sido más linda, más limpia hoy se ve bastante devastada. A un extremo, un templo en la roca conmemora a los muertos que se llevó el mar . Esa roca estaba tapada antes del desastre. Hoy es lugar de devoción, como siempre ocurre en este país donde los dioses y los hombres andan juntos…

Almorzamos en un pequeño restaurant de la playa, aunque no a la altura del cumpleaños… los juegos de niños y la pobreza revelan signos del desastre… hay un halo de nostalgia y devastación, pero es bonito….Cerca de los botes de los pescadores me meto al mar. Necesito bañarme en ese mar…Es una playa muy linda muy vasta, con un mar delicioso…me sumerjo y pienso en lo que pasó… un fuerte escalofríos me recorre…me conecto con el miedo de la gente ese día, me imagino ese mar maravilloso retirándose en una ola monstruosa para después tragárselo todo… Por qué ahí? Por qué en esos pueblos pobres e inocentes?

Doy gracias de estar ahí, viva, con mis hijos, con el privilegio de poder estar con ellos y poder conocer todo ese mundo, toda esa maravilla… Me vuelvo donde mis hijos…

Un viejo mendigo pasea con su mono … él hace lo suyo, nosotros lo nuestro y todo esta bien…