miércoles, 3 de febrero de 2010

Taller Mujeres Más allá de los 50... una experiencia maravillosa!


Las doce Apóstolas, ellas se llamaron ...
Llegaron al campo ese viernes a esta aventura desconocida. La mayoría no se conocía , sólo dos o tres tenían vínculos entre ellas. Audaces, sin saber a lo que venían se atrevieron a entrar en este viaje de tres días para trabajar en ellas, para compartir, para mirar hacia adentro y hacia el futuro, para disfrutar y estar en paz... para recomprometerse con la vida!

No sólo era la experiencia del taller sino también el compartir dormitorios, comidas, baños ... hábitos e intimidad...sin duda un gran desafío.
Y ahí estuvieron...
Nos fuimos conociendo y reconociendo suavemente, sin apuro para que cada una fuera acogida y se dejara abrazar a su ritmo, según su propia necesidad. A través de imágenes cada una fue mostrando partes de si misma, compartiendo expectativas y entregándoselas también al universo. Y así llegó la noche y la luna creciente apareció anunciando que esta experiencia iba a ser como ella: veníamos a crecer en luz y sabiduría.

El canto de los gallos puso fin a una noche con sueños largos y profundos... Algunas llegamos al yoga y la meditación para disponer y abrir el cuerpo y el alma para el día. Sí, ninguna faltamos a nuestro primer desayuno compartido.
Esa mañana había una energía especial: Alegría, ansiedad por empezar, celebración por los detalles, goce y apertura del corazón! Que gran grupo!
Y así continuamos con nuestro viaje todo el día sábado. Nos fuimos adentrando por nuestra historia, nuestros aprendizajes, nuestros cuerpos y emociones, aquellas más a mano, aquellas que nos cuesta más aceptar y todo estaba bien. Era un espacio donde cada una fue siendo lo que simplemente es y se fue expresando desde el alma y el corazón. Cada una a su estilo, con su propia naturaleza, con su Ser.

Cada una compartió lo que podía, lo que quería, sin sentirse obligada a nada. La alquimia igual se iba produciendo internamente…

Terminamos el día más concientes, más livianas y sobretodo con la sensación y experiencia de habernos cuidado. Limpiamos y sanamos un poco más nuestras viejas heridas y soltamos aquello que nos ata, que nos apega e impide avanzar y recrear la vida.

La noche junto al fuego y una olla humeando nos hizo cobijarnos y abrigó otro poco el cuerpo y el corazón….

Nuestro último día amaneció radiante… Meditación, cuerpos relajados, sonrisas abiertas y un buen desayuno nos abrió a nuestra última etapa del viaje. Ya habíamos recorrido hacia adentro y al pasado, ahora venía el hoy y el futuro…nuestro verdadero recontrato con la vida!

Para ello qué mejor que invocar a las diosas y entrar en el misterio, para conectarnos con nuestra esencia y creatividad…Traspasamos velos y dejamos hablar a la intuición, nos conectamos con lo profundo de nosotras, entramos en esos espacios que no siempre habitamos… cada una fue sorprendiéndose, maravillándose con su propia sabiduría y su capacidad también de percibir a otras… también el oráculo nos habló: las diosas nos mandaban su mensaje especial para continuar el camino.

Así fuimos cerrando esta experiencia. Cada una concentrada, emocionada, a ratos removida, fue haciendo su nuevo "contrato con la vida". Fue bello verlas comprometerse a cuidarse, a escucharse y quizás a tantas cosas más…Las Cartas a si mismas y las

semillas plantadas fueron y serán testigo de ese instante sagrado…

Ahora es tiempo de celebrar la vida con regalos, fotos y abrazos y brindar por este maravilloso Circulo de Mujeres Sabias que el universo juntó!

Gracias por el encuentro, por la oportunidad de conocernos y compartir este trozo de vida!

Carmen